Educación

¿Por qué modificar el dibujo de los niños?

¡Oh!  ¿qué estás pintando?.

– Un árbol

– ¿Estás pintando un árbol?

– Sí

– Ah, ¿y dónde has visto tú un árbol rosa?

– Aquí.

 

Quién de nosotros, cuando se ha sentado al lado de un niño o una niña que estaba realizando un trabajo creativo no le ha intentado orientar, modificar o aconsejar?

Déjenme que les cuente una anécdota muy reveladora e interesante que sucedió este verano, en el AVE y de la que fui testigo. Un padre jugaba con su hija de dos años. La Niña andaba inquieta por la tardanza del viaje de modo que el padre, cargado de buenas intenciones (suponiendo que para evitar molestias a los pasajeros), decidió ponerse a dibujar con la pequeña. Me interesó mucho lo que podría suceder de modo que preste atención. De la “mochila de emergencia” que se suele llevar en estos casos, sacó un cuaderno y unos bolígrafos de colores. Yo pensé que sería un cuaderno de hojas en blanco pero se trataba de un librito de esos que traen impresas las siluetas de los personajes, en este caso, de la patrulla canina. El padre comenzó a preguntar a su hija dónde tenía Skye la lengua para pintarla de rojo.

– “Sí, sí de rojo, vamos a pintar la lengua de rojo…pero no te salgas, hazlo despacio”.

-”¡NO, NO, yo yo yo!” , respondía la pequeña con intención de hacer lo que realmente quería que no era otra cosa que, experimentar. 

La expresión artística es la forma más natural y pura que un niño o una niña  tiene de manifestar su experiencia y comprensión del mundo. Sus trabajos dan pistas de su estado emocional, de su temperamento, de su conocimiento y de una inteligencia innata que sorprende y sigue planteando preguntas a psicólogos, educadores y otros expertos. Entonces, ¿por qué interferimos en su proceso creativo?. Parte de la respuesta puede que se encuentre en el tipo de sistema educativo y social en el que somos o hemos sido educados.

Cuadernos con “actividades artísticas”, como el que el padre mostró a su niña, son incluídos en las listas de libros desde infantil a secundaria. Ejercicios que mayoritariamente están planteados para que la niña o el niño copie, rellene, pegue o recorte siguiendo unas pautas establecidas con la finalidad de desarrollar diferentes destrezas, sin respetar, muchas veces, el tiempo madurativo de los pequeños. Pero la cuestión está en ¿qué tipo de destrezas?,  ¿aquellas que tienen que ver con la toma de decisiones, la auto confianza, la creatividad, la expresión de las emociones, el ensayo-error, la madurez psicológica o la experimentación?. Lamentablemente no.

Es hora de plantearnos seriamente qué estamos haciendo.

Centrar el desarrollo  creativo de los niños y niñas, desde que son pequeños, en una mera realización de “manualidades” o, “desdibujar” la importancia que el arte y la expresión  artística tienen en el currículo educativo (tanto escolar como familiar), suponen la mutilación de una parte significativamente importante del desarrollo de las personas y no estamos hablando desde el punto de vista intelectual sino desde el aspecto más importante, el emocional.  

En este sentido, tras esta breve reflexión, volvemos a plantear la pregunta ¿ por qué nos empeñamos en modificar y dirigir el desarrollo creativo de los niños y niñas en vez de aprender a observar y acompañar? 

Consideramos que el tema es profundamente interesante. Desde hace algún tiempo, diferentes artículos y estudios al respecto dan pautas de por qué es importante no dirigir en favor de dejar al niño o la niña hacer. En esta ocasión  nos gustaría compartir este enlace a la entrevista que Arno Stern, autor de la teoría de la formulación, ofreció en el espacio de “La Casa Encendida” en 2013.

Este “analfabeto de escuela”, niño de la Segunda Guerra Mundial y gran observador de la pureza natural infantil, apunta que la educación artística tal y como está planteada hoy en día y el desarrollo de la sociedad de “las imágenes” esterilizan la creatividad y anulan la capacidad de cuestionamiento. No obstante, también señala que cuando se consigue romper con todas “ las influencias” se llega a la emoción y eso es lo realmente bello y transformador.

No gustaría terminar este post con esta otra pregunta:  ¿por qué no probamos a sentarnos al lado de un niño o una niña que esté dibujando y, sin decir nada, nos ponemos a hacer lo mismo junto a ellos?, sin juicios, dejándonos  llevar, tal vez nos sorprendamos a nosotros mismos… comenzando a desarrollar “ El juego libre”.

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