El tiempo existe cuando somos conscientes de él. Nosotros existimos, cuando somos conscientes de ello.
Se puede pensar que, el mero hecho de tener un cuerpo ya nos hace ser y, desde el aspecto puramente físico así es, pero no somos únicamente materia física. Quizás la mayoría de los lectores de esta entrada han experimentado, en algún momento, esa sensación de atemporalidad después de una intervención quirúrgica con anestesia o sedación. Parece que el tiempo se ha detenido o mejor dicho, parece que no ha transcurrido. ¿Qué ha sucedido? no hemos sido conscientes…
Esa es la cuestión, “no hemos sido conscientes”. ¿Por qué escribimos el párrafo anterior como introducción a esta nueva entrada? este vídeo titulado «How Consciousness can transform education» (Cómo ser conscientes puede transformar la educación) nos parece que da algunas pistas a la pregunta anterior por eso nos gustaría recomendarlo. En él, la doctora Shefali Tsabary, Psicóloga Clínica y experta filosofía oriental, habla sobre cómo la toma de conciencia puede transformar la manera en la que educamos y somo educados.
Como educadoras consideramos que la educación del siglo XXI ha de caminar en una dirección nueva.
Si lo que deseamos para las generaciones futuras es que lleguen a ser personas felices, que puedan mostrar y desarrollar todas sus potencialidades, deseos, que se pregunten, que busquen nuevas vías o caminos de crecimiento personal y social con esperanza, entonces el arte ha de estar en la escuela. El arte es la manera de entender el mundo desde la emoción.
Fue el primer medio de expresión que empleó el ser humano al Ser Consciente de su lugar en el mundo y de la realidad que habitaba.


Ojalá, poco a poco, volvamos a tomar conciencia de ello…